Que es una requisicion y para que sirve

Que es una requisicion y para que sirve

Una requisición es un documento o proceso administrativo mediante el cual se solicita la adquisición de bienes, servicios o recursos necesarios para el desarrollo de actividades en una organización. Aunque a menudo se utiliza de forma intercambiable con otros términos como solicitud de compra, la requisición tiene un carácter más formal y estructurado, especialmente en contextos empresariales o gubernamentales. Este proceso es esencial para garantizar que los recursos lleguen a manos de quienes los necesitan, de manera eficiente y acorde con las normas establecidas.

¿Qué es una requisición y para qué sirve?

Una requisición es un trámite formal que se realiza en una organización para solicitar materiales, equipos, servicios o cualquier otro recurso que se requiere para el funcionamiento de una unidad, proyecto o área. Este documento suele ser emitido por un responsable o coordinador del área que necesita el recurso, y debe incluir información clave como la descripción del producto, la cantidad necesaria, el uso al que se destina y, en algunos casos, una justificación del gasto.

Además de servir como solicitud formal, la requisición también actúa como un control interno dentro de la empresa. A través de este proceso, se garantiza que las adquisiciones se realicen de manera planificada, evitando compras innecesarias, duplicidades o gastos fuera del presupuesto. En muchos casos, la requisición debe ser autorizada por un supervisor o jefe directo antes de ser enviada al área de compras.

La historia de la requisición como proceso administrativo se remonta a las primeras empresas modernas del siglo XIX, donde se necesitaba un control más estricto sobre los materiales y suministros. Con el tiempo, este trámite se ha formalizado, adaptado a las necesidades de cada organización y, en la era digital, se ha automatizado a través de sistemas de gestión de compras y recursos.

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El rol de la requisición en la gestión empresarial

En el contexto de la gestión empresarial, la requisición no es solo un trámite burocrático, sino un mecanismo estratégico que permite a las organizaciones optimizar sus recursos. Al establecer un flujo claro de solicitudes, aprobaciones y compras, las empresas pueden garantizar que los materiales lleguen en el momento adecuado, evitando interrupciones en la producción o servicios. Además, este proceso ayuda a mantener el control sobre los costos y a cumplir con las políticas internas de adquisiciones.

En organizaciones grandes, el proceso de requisición puede involucrar múltiples niveles de aprobación, especialmente cuando se trata de adquirir bienes o servicios de alto valor. Esto no solo asegura que los recursos se utilicen de manera responsable, sino que también reduce el riesgo de corrupción o malversación. En el ámbito gubernamental, las requisiciones suelen estar reguladas por leyes específicas que garantizan transparencia y rendición de cuentas.

Una ventaja adicional de la requisición es que permite la trazabilidad de los gastos. Cada requisición queda registrada en el sistema, lo que facilita auditorías posteriores y análisis financieros. Esto es especialmente útil para empresas que necesitan demostrar el uso adecuado de sus recursos a inversores, accionistas o organismos reguladores.

La diferencia entre requisición y otros procesos similares

Es común confundir la requisición con otros conceptos como la solicitud de compra, el pedido de compra o la orden de compra. Aunque todos estos términos están relacionados con el proceso de adquisición, tienen funciones distintas y se utilizan en diferentes etapas del mismo.

  • Requisición: Es la solicitud inicial que se hace dentro de la organización para obtener un recurso. Debe incluir una descripción detallada del bien o servicio, la cantidad necesaria y, en algunos casos, una justificación del gasto.
  • Solicitud de compra: Puede ser un término más general que puede incluir requisiciones, pero también puede referirse a la comunicación externa hacia proveedores.
  • Orden de compra: Es el documento formal que se genera una vez que la requisición ha sido aprobada. Este documento se envía al proveedor y le da instrucciones sobre qué, cuánto, cuándo y cómo entregar el bien o servicio.
  • Factura: Es el documento que el proveedor emite para cobrar por el bien o servicio entregado.

Entender estas diferencias es fundamental para evitar confusiones en el proceso de adquisición y asegurar que cada paso se realice correctamente.

Ejemplos de requisiciones en diferentes contextos

Las requisiciones se utilizan en una amplia variedad de contextos empresariales y gubernamentales. A continuación, se presentan algunos ejemplos prácticos de cómo se aplican:

  • En una empresa de manufactura: Un ingeniero puede emitir una requisición para solicitar repuestos para una máquina que está en mantenimiento. La requisición debe incluir el nombre del repuesto, el proveedor recomendado, la cantidad necesaria y una estimación del costo.
  • En una institución educativa: Un coordinador del departamento de tecnología puede solicitar la adquisición de nuevos equipos informáticos para los estudiantes. La requisición debe justificar el gasto, mencionar el número de equipos necesarios y el proveedor.
  • En una empresa de servicios: Un responsable de logística puede emitir una requisición para solicitar el alquiler de vehículos para una campaña de marketing. La requisición debe especificar el tipo de vehículo, el número de unidades, el periodo de alquiler y el presupuesto disponible.
  • En una empresa de salud: Un jefe de enfermería puede solicitar el suministro de material médico para una unidad hospitalaria. La requisición debe incluir el nombre del material, la cantidad necesaria, el proveedor y la justificación del uso.

Estos ejemplos muestran cómo la requisición es una herramienta versátil que se adapta a las necesidades de diferentes sectores y organizaciones.

El concepto de requisición en el ciclo de adquisición

El ciclo de adquisición empresarial se compone de varias etapas, y la requisición ocupa un lugar fundamental al inicio de este proceso. Es el primer paso que activa todo el flujo de adquisición, desde la identificación de la necesidad hasta la recepción del bien o servicio.

El proceso general puede resumirse en los siguientes pasos:

  • Identificación de la necesidad: Un empleado o responsable detecta que se requiere un bien o servicio.
  • Emisión de la requisición: Se llena un formulario o documento con todos los datos relevantes.
  • Aprobación: La requisición es revisada y autorizada por un jefe o supervisor.
  • Revisión por el área de compras: Se evalúa la viabilidad de la adquisición, se comparan precios y se selecciona al proveedor.
  • Generación de la orden de compra: Se emite el documento formal para el proveedor.
  • Recepción del bien o servicio: Se recibe la mercancía y se verifica que corresponda a lo solicitado.
  • Facturación y pago: Se recibe la factura y se procesa el pago al proveedor.

Cada una de estas etapas depende en gran medida de la calidad de la requisición inicial. Una requisición bien elaborada facilita todo el proceso de adquisición, mientras que una mal formulada puede causar retrasos o errores.

Recopilación de tipos de requisiciones según su uso

Según el tipo de bien o servicio que se solicite, las requisiciones pueden clasificarse en varias categorías. A continuación, se presentan algunos de los tipos más comunes:

  • Requisición de materiales: Para solicitar insumos, herramientas, maquinaria o cualquier tipo de material físico.
  • Requisición de servicios: Para contratar servicios externos como mantenimiento, limpieza, transporte, etc.
  • Requisición de personal: En algunos casos, se puede emitir una requisición para solicitar la contratación de un profesional o un recurso humano específico.
  • Requisición de software o tecnología: Para adquirir programas informáticos, licencias o equipos tecnológicos.
  • Requisición de gastos: Para solicitar el uso de presupuesto para viajes, eventos o actividades administrativas.
  • Requisición de emergencia: Para casos en los que se requiere una adquisición urgente y fuera del proceso habitual.

Cada tipo de requisición tiene características específicas y, en muchos casos, diferentes niveles de aprobación. Las organizaciones suelen tener políticas claras sobre cómo manejar cada tipo de requisición para garantizar la eficacia y la transparencia.

Cómo se gestiona una requisición en la práctica

La gestión de una requisición implica varias actividades que van desde su creación hasta su aprobación y posterior seguimiento. En organizaciones modernas, este proceso suele estar automatizado mediante sistemas de gestión de recursos (ERP) o plataformas de gestión de compras.

En primer lugar, el responsable del área que necesita el recurso debe llenar un formulario de requisición. Este formulario puede ser físico o digital, dependiendo de las políticas de la empresa. En el caso de los sistemas digitales, los formularios suelen incluir validaciones automáticas para garantizar que toda la información requerida esté completa y correcta.

Una vez que se envía la requisición, entra en un proceso de revisión y aprobación. En algunos casos, puede necesitar la firma de múltiples supervisores antes de ser autorizada. Los sistemas digitales permiten establecer rutas de aprobación automatizadas, lo que agiliza el proceso y reduce la posibilidad de errores.

Después de ser aprobada, la requisición se envía al área de compras, que se encarga de buscar proveedores, negociar precios y generar la orden de compra. Este proceso puede durar días o semanas, dependiendo de la complejidad del recurso solicitado. Una vez que el bien o servicio es recibido, se cierra el ciclo de adquisición y se archiva la requisición para futuras referencias.

¿Para qué sirve una requisición?

La requisición sirve principalmente para controlar y planificar las adquisiciones dentro de una organización. Este proceso permite que los recursos lleguen a manos de quienes los necesitan, sin que haya gastos innecesarios o compras fuera de plan. Además, la requisición actúa como un mecanismo de control interno que ayuda a prevenir el uso indebido de recursos o el enriquecimiento ilícito.

Otra función importante de la requisición es garantizar que los recursos se adquieran de manera transparente y documentada. Cada requisición se registra en un sistema y puede ser revisada en cualquier momento, lo que facilita auditorías y análisis financieros. Esto es especialmente relevante en organizaciones grandes o en instituciones gubernamentales, donde la transparencia es un requisito legal.

También permite optimizar el flujo de trabajo. Al tener un sistema estandarizado para solicitar recursos, las organizaciones pueden reducir tiempos de espera, evitar compras duplicadas y asegurar que los materiales lleguen en el momento adecuado. En resumen, la requisición es una herramienta esencial para la eficiencia operativa y el control de costos.

Diferentes formas de solicitudes formales y requisiciones

Además de la requisición, existen otras formas de solicitudes formales que se utilizan en diferentes contextos y que cumplen funciones similares, aunque no idénticas. Algunas de estas formas incluyen:

  • Solicitud de autorización: Se utiliza para obtener permiso para realizar una actividad o gasto que requiere aprobación previa.
  • Solicitud de presupuesto: Se emite para solicitar fondos para un proyecto o actividad específica.
  • Solicitud de viaje: Se utiliza para obtener autorización y recursos para realizar un desplazamiento.
  • Solicitud de personal: Se emite cuando una organización necesita contratar a un nuevo empleado.
  • Solicitud de permiso: Se utiliza para solicitar la autorización para ausentarse del trabajo o para realizar una actividad fuera del horario habitual.
  • Solicitud de préstamo: Se emite para obtener un préstamo de dinero o equipo dentro de la organización.

Aunque todas estas solicitudes tienen un propósito distinto, comparten con la requisición la característica de ser documentos formales que requieren aprobación. En muchos casos, estas solicitudes también pasan por procesos similares de revisión y autorización, lo que refuerza el control interno de la organización.

La importancia de la requisición en el control de inventarios

La requisición también juega un papel fundamental en el control de inventarios. Al solicitar materiales de manera formal, las empresas pueden mantener un registro actualizado de los recursos que entran y salen del almacén. Esto permite llevar un inventario más preciso, evitar escasez de materiales críticos y reducir el exceso de stock.

En organizaciones con procesos de inventario automatizados, las requisiciones se integran directamente al sistema de gestión de inventarios. Esto permite que, al ser aprobada una requisición, se actualice automáticamente el registro del material solicitado y se le asigne una fecha de entrada estimada. Además, en algunos casos, se puede generar una alerta cuando el inventario de un material llega a niveles críticos, lo que facilita la emisión de nuevas requisiciones antes de que se produzca un corte de materiales.

Este enfoque integrado permite a las organizaciones optimizar su cadena de suministro, reducir costos asociados al inventario excedente y garantizar que los materiales lleguen a tiempo para mantener la producción o los servicios en marcha. La requisición, por tanto, no solo es un trámite burocrático, sino una herramienta estratégica para la gestión eficiente de recursos.

Qué significa requisición y cómo se define en el contexto empresarial

En el contexto empresarial, la requisición se define como el trámite formal mediante el cual un empleado o responsable solicita la adquisición de bienes, servicios o recursos necesarios para el cumplimiento de su función. Este trámite puede realizarse de forma física o digital, y generalmente incluye información como la descripción del recurso, la cantidad necesaria, el proveedor recomendado, el uso al que se destina y la justificación del gasto.

La requisición está regulada por políticas internas de la empresa, que determinan quién puede emitirla, qué niveles de aprobación requiere y cómo se integra al proceso de compras. En empresas grandes, las requisiciones suelen estar vinculadas a sistemas de gestión de recursos empresariales (ERP), lo que permite automatizar parte del proceso y garantizar mayor control sobre los gastos.

Además de su función administrativa, la requisición también tiene un valor estratégico. Al obligar a los responsables a justificar sus solicitudes, se promueve el uso eficiente de los recursos y se fomenta una cultura de planificación y responsabilidad financiera. En resumen, la requisición no solo es un documento, sino un mecanismo de control y planificación que contribuye al buen funcionamiento de la organización.

¿Cuál es el origen del término requisición?

El término requisición proviene del latín *requisitio*, que a su vez deriva de *requisire*, que significa buscar o solicitar. En el ámbito jurídico y administrativo, la palabra ha evolucionado para referirse a un trámite formal de solicitud de recursos o información. Su uso como parte del proceso de adquisición empresarial se ha consolidado a lo largo del siglo XX, especialmente con el desarrollo de los sistemas de control interno y gestión de inventarios.

En el ámbito gubernamental, el concepto de requisición ha tenido una historia más regulada, especialmente en países donde se exige transparencia y rendición de cuentas en los gastos públicos. En muchos casos, las requisiciones gubernamentales deben cumplir con normativas específicas que garantizan que los recursos se utilicen de manera eficiente y ética.

El uso del término también se ha extendido a otros contextos, como el militar, donde una requisición puede referirse a la solicitud de suministros para operaciones de combate, o al ámbito académico, donde se usa para solicitar libros, equipamiento o recursos para investigación.

Solicitud formal: cómo se relaciona con la requisición

La solicitud formal es un concepto amplio que incluye a la requisición, pero también abarca otros tipos de trámites oficiales. Ambos términos comparten la característica de ser documentos que requieren aprobación, pero difieren en su alcance y propósito. Mientras que una requisición está específicamente orientada a la adquisición de recursos, una solicitud formal puede referirse a una amplia variedad de trámites, desde la autorización de viaje hasta la solicitud de permiso para ausentarse del trabajo.

En el entorno empresarial, las solicitudes formales suelen estar reguladas por políticas internas que definen quién puede emitirlas, qué niveles de aprobación requieren y cómo deben registrarse. Estas políticas suelen aplicarse tanto a las requisiciones como a otros tipos de solicitudes, garantizando que todo trámite se realice de manera transparente y controlada.

Aunque ambas son herramientas de gestión, la requisición tiene un enfoque más específico en la adquisición de recursos, mientras que la solicitud formal puede aplicarse a una gama más amplia de situaciones. En muchos casos, ambas se integran en sistemas de gestión digital, lo que permite automatizar el proceso y reducir tiempos de espera.

¿Cómo se diferencia una requisición de un trámite administrativo?

Una requisición puede considerarse un tipo de trámite administrativo, pero no todos los trámites administrativos son requisiciones. Un trámite administrativo es cualquier procedimiento formal que se realiza dentro de una organización para cumplir con una normativa o política interna. Estos trámites pueden incluir desde la solicitud de vacaciones hasta la emisión de un informe financiero.

La requisición, por su parte, es un trámite administrativo específico que está orientado a la adquisición de recursos. Esto la diferencia de otros tipos de trámites, que pueden tener objetivos más generales. Aunque ambos comparten características como la necesidad de aprobación y registro, la requisición tiene una finalidad más concreta: garantizar que los recursos lleguen a manos de quienes los necesitan, de manera planificada y controlada.

En términos prácticos, esto significa que una requisición siempre se integra al proceso de compras y adquisiciones, mientras que otros trámites administrativos pueden pertenecer a otras áreas, como recursos humanos, finanzas o logística. A pesar de esta diferencia, ambos tipos de trámites son esenciales para el funcionamiento eficiente de una organización.

Cómo usar la requisición y ejemplos de uso

El uso correcto de la requisición implica seguir una serie de pasos que aseguren que el trámite se realice de manera clara, precisa y conforme a las políticas de la organización. A continuación, se presentan las pautas generales para emitir una requisición:

  • Identificar la necesidad: El responsable debe evaluar si el recurso solicitado es necesario y si está dentro del presupuesto asignado.
  • Llenar el formulario: Se debe completar el formulario de requisición con todos los datos requeridos: descripción del bien o servicio, cantidad, proveedor recomendado, justificación del gasto, etc.
  • Obtener aprobación: El formulario debe ser revisado y autorizado por un supervisor o jefe directo. En algunas organizaciones, este proceso puede requerir múltiples niveles de aprobación.
  • Enviar al área de compras: Una vez aprobada, la requisición se envía al departamento encargado de adquisiciones.
  • Seguir el proceso: El responsable debe mantenerse informado sobre el estado de la adquisición y verificar que el recurso llegue en el tiempo y en las condiciones acordadas.

Ejemplo práctico: Un ingeniero de una empresa de fabricación puede emitir una requisición para solicitar la compra de 10 unidades de una pieza específica para una máquina. La requisición debe incluir el nombre del proveedor, el costo estimado, la fecha límite de entrega y una justificación del gasto. Una vez aprobada, el área de compras negociará con el proveedor y generará una orden de compra.

Cómo evitar errores comunes en el proceso de requisición

A pesar de ser un trámite formal, el proceso de requisición puede sufrir errores que retrasen el flujo de recursos o generen costos innecesarios. Algunos de los errores más comunes incluyen:

  • Falta de información en el formulario: Si la requisición no incluye todos los datos necesarios, puede ser rechazada o causar confusiones en el proceso de adquisición.
  • Solicitud de recursos no justificados: Las requisiciones que no incluyen una justificación clara del gasto pueden ser rechazadas o no aprobadas por el supervisor.
  • Uso incorrecto del proveedor: Si se recomienda un proveedor que no cumple con las políticas de la empresa, la requisición puede ser cancelada.
  • Requisiciones fuera del presupuesto: Si el costo solicitado excede el presupuesto asignado, el trámite puede ser rechazado o requerir una revisión adicional.
  • Falta de seguimiento: Si el responsable no monitorea el proceso de adquisición, puede ocurrir que el recurso llegue tarde o no llegue en absoluto.

Para evitar estos errores, es fundamental que los empleados que emitan requisiciones estén debidamente capacitados y que conozcan las políticas de la organización. Además, el uso de sistemas digitales puede ayudar a prevenir errores al incluir validaciones automáticas que aseguren que toda la información requerida esté completa y correcta.

Cómo optimizar el proceso de requisición en una organización

Optimizar el proceso de requisición no solo mejora la eficiencia operativa, sino que también reduce costos y evita errores. Para lograrlo, las organizaciones pueden implementar varias estrategias:

  • Automatización del proceso: Implementar sistemas digitales de gestión de compras permite automatizar la emisión, revisión y aprobación de requisiciones, reduciendo tiempos de espera y errores.
  • Capacitación del personal: Asegurar que los empleados conozcan las políticas y procedimientos de requisición es fundamental para evitar errores y garantizar que los trámites se realicen correctamente.
  • Definición clara de responsabilidades: Establecer quién puede emitir requisiciones, quién debe aprobarlas y cómo se integran al proceso de compras ayuda a evitar confusiones y retrasos.
  • Integración con el sistema de inventario: Vincular el proceso de requisición con el sistema de gestión de inventarios permite mantener un control más preciso sobre los recursos y evitar compras innecesarias.
  • Monitoreo y auditoría: Realizar revisiones periódicas de los procesos de requisición permite identificar áreas de mejora, detectar posibles irregularidades y garantizar que el control interno sea efectivo.

Al implementar estas estrategias, las organizaciones pueden transformar el proceso de requisición en una herramienta poderosa para la gestión eficiente de recursos, la planificación estratégica y el control de costos.