La expresión según los católicos que es secular se refiere a cómo la Iglesia Católica entiende el concepto de secularidad. Este término no se limita a una simple separación entre la religión y el Estado, sino que abarca una visión más amplia sobre la relación entre la fe y la vida pública. En este artículo exploraremos el significado de secular desde la perspectiva católica, sus raíces teológicas, ejemplos prácticos y su relevancia en el contexto contemporáneo.
¿Qué significa según los católicos que es secular?
Desde la perspectiva católica, el término secular se refiere a la participación de los fieles en el mundo temporal, sin que esto signifique abandonar su fe. Un cristiano secular es aquel que vive su vida en el ámbito laico, comprometido con la sociedad y el mundo profesional, pero guiado por los valores evangélicos. Este tipo de vida no es menos cristiana que la vida monástica o religiosa, sino una forma distinta de vivir la vocación cristiana.
Una curiosidad interesante es que el Concilio Vaticano II (1962-1965) fue fundamental para redefinir el rol de los cristianos en el mundo secular. El documento *Gaudium et Spes* destacó la importancia de los laicos en la transformación de la sociedad a partir de su compromiso ético y social. Este cambio de enfoque marcó un antes y un después en la comprensión católica de la secularidad.
Además, la Iglesia reconoce que la secularidad no es sinónimo de ateísmo ni de indiferencia religiosa. Por el contrario, implica una conciencia activa de la presencia de Dios en cada aspecto de la vida humana. Los católicos que viven en el mundo secular son llamados a ser testigos de la fe en sus profesiones, familias y comunidades, aportando valores como la justicia, la solidaridad y el respeto por la dignidad humana.
La vocación secular en la Iglesia Católica
La vocación secular es una forma de vida consagrada, reconocida oficialmente por la Iglesia Católica en 1965, tras el Concilio Vaticano II. A diferencia de los religiosos que viven en comunidades cerradas, los consagrados en el estado secular llevan vidas normales en el mundo, pero están comprometidos con una vida de oración, caridad y servicio. Su objetivo es transformar la sociedad desde dentro, guiados por el Espíritu Santo y los principios de la fe.
Esta vocación se basa en el reconocimiento de que la vida consagrada no se limita a las órdenes religiosas. Los seglares consagrados (también llamados seculares) pueden ser profesionales, padres de familia o personas dedicadas a la educación, la política o el arte, pero todos comparten una vida espiritual intensa y un compromiso con la misión evangelizadora de la Iglesia. Su santidad no se mide por lo que renuncian, sino por cómo viven su fe en el contexto de la vida cotidiana.
La vocación secular también se nutre de las raíces de la devoción mariana y de la imitación de los santos laicos. Por ejemplo, san Francisco de Asís y santa Teresita del Niño Jesús, aunque vivieron vidas muy distintas, compartieron el ideal de vivir la fe con profundidad y compromiso. Los seglares consagrados buscan imitar este ejemplo, llevando el evangelio al mundo moderno sin perder su identidad cristiana.
El rol de la secularidad en la transformación social
La secularidad, desde la perspectiva católica, no es un rechazo al mundo, sino un compromiso activo con la sociedad. La Iglesia Católica entiende que los fieles en el mundo secular tienen una responsabilidad moral de promover el bien común, defender los derechos humanos y trabajar por la justicia social. Este compromiso no se limita a actos puntuales, sino que implica un estilo de vida basado en la ética cristiana.
Un ejemplo concreto es el trabajo de los seglares consagrados en áreas como la educación, la medicina o la política. Estos fieles son llamados a actuar con transparencia, honestidad y solidaridad, integrando sus valores religiosos con su profesión. Su labor en la sociedad no busca imponer una visión religiosa, sino aportar soluciones éticas y humanas a los problemas del mundo contemporáneo.
La Iglesia también fomenta la acción social a través de organizaciones como Cáritas, Acción Católica o el Servicio Jesuita a Migrantes. Estos grupos operan en el ámbito secular, pero su inspiración y objetivos están profundamente arraigados en la fe cristiana. Su trabajo es testimonio de cómo la fe puede transformar la sociedad desde dentro, sin necesidad de convertirse en un partido o movimiento político.
Ejemplos de vida secular en la Iglesia Católica
Existen varias figuras y grupos que ejemplifican la vida secular en la Iglesia Católica. Entre los más conocidos se encuentran los seglares consagrados, como los miembros de la Orden de los Seglares de San Pablo o los Hermanos del Pobre. Estos grupos se dedican a la oración, al apostolado y al servicio social, viviendo en el mundo pero comprometidos con la vida consagrada.
Otro ejemplo son los movimientos eclesiales, como el Renacimiento Carismático o el Neocatecumenato, donde muchos fieles viven activamente su fe en el mundo secular. Estos movimientos fomentan la formación espiritual, la evangelización y la participación en la vida comunitaria, sin necesidad de renunciar a una vida profesional o familiar.
También destacan las figuras de santos laicos, como san José de Cupertino, un santo que vivió una vida normal como sacerdote, o san Alfonso M. Liguori, quien fundó una congregación religiosa y también fue un teólogo y místico. Su vida es un testimonio de cómo la santidad puede expresarse de múltiples maneras, incluyendo la vida en el mundo secular.
La secularidad como forma de evangelización
Desde el punto de vista católico, la secularidad no es solo una forma de vida, sino también un instrumento de evangelización. Vivir en el mundo secular implica estar en contacto con personas de distintas creencias y estilos de vida, lo que ofrece oportunidades para testimoniar la fe de manera natural y respetuosa. La Iglesia fomenta esta forma de evangelización, conocida como evangelización en el mundo o evangelización social.
Este concepto se basa en la idea de que los fieles no necesitan retirarse del mundo para ser santos, sino que pueden convertirlo a través de su compromiso ético y espiritual. La secularidad, en este sentido, no se opone a la fe, sino que la enriquece al permitir que los cristianos interactúen con la realidad social de manera activa y responsable.
Un ejemplo práctico es el trabajo de los cristianos en el ámbito de los derechos humanos. Al defender la vida, la justicia y la dignidad humana, los fieles en el mundo secular testimonian los valores del evangelio sin necesidad de usar un lenguaje religioso explícito. Su ejemplo de vida y sus acciones concretas hablan por sí mismas, atraen a otros y promueven un cambio positivo en la sociedad.
Cinco ejemplos de secularidad en la vida católica
- Seglares consagrados: Personas que viven una vida consagrada en el mundo, sin renunciar a su profesión o familia, pero comprometidos con una vida de oración, caridad y servicio.
- Cristianos en el ámbito laboral: Fieles que integran su fe en su trabajo, buscando siempre la excelencia, la justicia y la ética profesional.
- Padres de familia cristianos: Que educan a sus hijos en los valores evangélicos, creando hogares basados en el amor, la oración y la fe.
- Cristianos en la política: Personas que buscan promover el bien común a través de decisiones justas, transparentes y basadas en principios cristianos.
- Cristianos en la cultura: Artistas, escritores, músicos y creadores que expresan su fe a través de su arte, ofreciendo testimonios visuales o auditivos de la santidad.
La secularidad como forma de vida en la Iglesia Católica
En la Iglesia Católica, la secularidad se entiende como una forma de vida espiritual que no se limita a los espacios religiosos, sino que se extiende a todos los ámbitos de la existencia humana. Esta visión no busca una separación entre la fe y la vida profesional o familiar, sino una integración plena de ambas. Los cristianos son llamados a vivir su fe en el mundo, sin necesidad de retirarse de él, sino transformándolo desde dentro.
Esta forma de vida secular no es menos exigente que otras vocaciones, como la sacerdotal o la religiosa. Por el contrario, implica una responsabilidad mayor, ya que los cristianos en el mundo tienen que enfrentar desafíos como la tentación de la mundanidad, la presión de las redes sociales o la corrupción. La Iglesia reconoce que vivir en el mundo secular requiere una fuerte oración, una formación espiritual continua y un compromiso con la misión evangelizadora.
El testimonio de vida de los cristianos en el mundo secular es fundamental para la evangelización. Su ejemplo de justicia, humildad y caridad puede llegar a personas que nunca han tenido contacto con la Iglesia de manera formal. Por esta razón, la secularidad no es una alternativa a la vida religiosa, sino una vocación específica que complementa y enriquece la vida cristiana.
¿Para qué sirve vivir una vida secular según los católicos?
Vivir una vida secular según los católicos tiene múltiples propósitos. En primer lugar, permite a los fieles integrar su fe en todos los aspectos de su vida, desde el trabajo hasta la familia, sin necesidad de renunciar a su profesión o responsabilidades sociales. Esto no solo enriquece su vida personal, sino que también les da una oportunidad única de testimoniar la fe en el mundo moderno.
En segundo lugar, la vida secular fomenta el compromiso con el bien común. Los cristianos que viven en el mundo secular son llamados a actuar con justicia, honestidad y solidaridad, promoviendo valores que reflejan la ética evangélica. Este compromiso social no es un acto aislado, sino parte de una vocación más amplia de transformar la sociedad desde dentro, a través de la caridad, la educación y la justicia.
Finalmente, la vida secular es una forma de evangelización activa. Al vivir en el mundo, los cristianos tienen oportunidades de compartir su fe con personas de diferentes creencias y estilos de vida. Este testimonio no se basa en discursos religiosos, sino en acciones concretas que reflejan el amor de Cristo.
El testimonio de vida secular en la Iglesia
El testimonio de vida secular en la Iglesia se manifiesta en múltiples formas. Desde la oración cotidiana hasta las decisiones éticas en el trabajo, los cristianos que viven en el mundo secular son llamados a ser luz en la tierra. Este testimonio no se limita a actos individuales, sino que también se expresa en el compromiso colectivo con la justicia y la paz.
Un ejemplo concreto es el trabajo de los cristianos en la lucha contra la pobreza. Al donar tiempo, dinero o recursos para ayudar a los más necesitados, los fieles en el mundo secular reflejan la caridad evangélica. Otro ejemplo es el compromiso con la educación, donde los cristianos pueden formar a las nuevas generaciones en valores éticos y espirituales.
El testimonio de vida secular también se manifiesta en la defensa de los derechos humanos. Al promover la dignidad de cada persona, sin importar su religión, etnia o situación social, los cristianos en el mundo secular reflejan el mensaje del evangelio. Este compromiso no solo beneficia a la sociedad, sino que también atrae a otros hacia la fe.
La secularidad en el contexto moderno
En el contexto moderno, la secularidad católica enfrenta desafíos únicos. En una sociedad cada vez más pluralista y tecnológica, los cristianos que viven en el mundo secular deben encontrar formas de testimoniar su fe sin caer en el proselitismo o el aislamiento. Esto implica una adaptación constante a los cambios culturales, manteniendo siempre la esencia de la fe.
Un ejemplo de este desafío es la presencia de los cristianos en las redes sociales. Aunque estas plataformas ofrecen oportunidades para la evangelización, también presentan riesgos como la desinformación o la polarización. Los cristianos en el mundo secular deben aprender a usar estas herramientas de manera responsable, promoviendo el bien y la unidad sin caer en el debate religioso inútil.
Otro desafío es la presión cultural que a veces promueve valores que se alejan de los principios cristianos. En este contexto, la vida secular se convierte en una forma de resistencia positiva, donde los cristianos promueven valores como la vida, la familia y la justicia, a pesar de las tendencias contrarias.
El significado de secularidad en la teología católica
En la teología católica, la secularidad no es simplemente una forma de vida, sino una dimensión espiritual que reconoce la presencia de Dios en todas las realidades humanas. Esta visión se basa en la creencia de que toda la creación es sagrada y que Dios actúa en la historia a través de las personas y los acontecimientos.
La secularidad también implica una actitud de respeto hacia la diversidad. La Iglesia reconoce que no todos los seres humanos son cristianos, y por eso fomenta un diálogo abierto y respetuoso con otras religiones y culturas. Este enfoque no solo enriquece la vida de los cristianos, sino que también contribuye a la construcción de una sociedad más justa y fraterna.
Otra dimensión importante de la secularidad es su relación con la historia. La Iglesia entiende que la historia no es un vacío, sino un proceso guiado por la acción de Dios. Los cristianos en el mundo secular son llamados a participar en esta historia, no como espectadores, sino como actores comprometidos con el bien común.
¿Cuál es el origen del concepto de secularidad en la Iglesia Católica?
El concepto de secularidad en la Iglesia Católica tiene raíces históricas y teológicas profundas. Aunque la palabra secular se usaba con anterioridad, fue el Concilio Vaticano II el que le dio una nueva dimensión. Este concilio marcó un giro importante en la forma en que la Iglesia entendía la relación entre la fe y el mundo moderno.
El documento *Gaudium et Spes* fue fundamental en este cambio. En él se destacó la importancia de los laicos en la transformación del mundo, reconociendo su rol como agentes de evangelización y justicia. Este documento no solo resaltó la vocación secular, sino que también redefinió la misión de los cristianos en el mundo moderno.
Otra influencia importante fue la figura de san Pablo, quien en sus cartas escribió sobre la vida en el mundo como parte de la vocación cristiana. Para él, vivir en el mundo no era una debilidad, sino una oportunidad para testimoniar la fe. Esta visión se ha mantenido viva en la teología católica, especialmente en el contexto de la secularidad moderna.
La secularidad como forma de compromiso social
La secularidad católica se manifiesta claramente en el compromiso social de los fieles. Este compromiso no se limita a actos puntuales, sino que implica una transformación constante de la sociedad a partir de los valores evangélicos. La Iglesia entiende que la fe no puede separarse de la acción social, y por eso fomenta la participación de los cristianos en la lucha por la justicia, la paz y la dignidad humana.
Un ejemplo concreto es el trabajo de los cristianos en la lucha contra la pobreza. Al participar en proyectos de desarrollo comunitario, los fieles en el mundo secular reflejan la caridad evangélica, ayudando a los más necesitados sin esperar nada a cambio. Otro ejemplo es la defensa de los derechos humanos, donde los cristianos promueven la dignidad de cada persona, independientemente de su situación.
El compromiso social también se manifiesta en la educación. Los cristianos que trabajan en el ámbito educativo son llamados a formar a las nuevas generaciones en valores éticos y espirituales. Este tipo de educación no solo beneficia a los alumnos, sino que también fortalece la sociedad como un todo.
¿Cómo se vive la secularidad en la vida cotidiana?
Vivir la secularidad en la vida cotidiana implica integrar la fe en cada aspecto de la existencia. Para los cristianos en el mundo secular, esto significa orar, actuar con justicia y testimoniar la fe en el trabajo, la familia y la sociedad. No se trata de vivir una vida espiritual aislada, sino de transformar el mundo desde dentro.
Un ejemplo práctico es el de un cristiano que trabaja en el ámbito empresarial. En lugar de buscar únicamente el beneficio económico, este cristiano busca también la justicia, la transparencia y el bien común. Otro ejemplo es el de un padre de familia que educa a sus hijos en los valores evangélicos, creando un hogar basado en el amor, la oración y la fe.
La vida cotidiana también implica momentos de oración y reflexión. Los cristianos en el mundo secular son llamados a encontrar Dios en cada situación, ya sea en el trabajo, en la familia o en la comunidad. Este enfoque no solo enriquece su vida personal, sino que también les da una visión más profunda de su vocación.
Cómo usar el concepto de secularidad y ejemplos de uso
El concepto de secularidad puede usarse de varias maneras. En el ámbito personal, puede referirse a la forma en que una persona vive su fe en el mundo, sin necesidad de renunciar a su profesión o responsabilidades. En el ámbito social, puede referirse al compromiso con la justicia y la paz. Y en el ámbito teológico, puede referirse a la visión católica sobre la relación entre la fe y la vida cotidiana.
Un ejemplo de uso es en un discurso sobre la vocación cristiana: La secularidad no es menos importante que la vida religiosa; es una forma distinta de vivir la santidad en el mundo. Otro ejemplo es en un artículo sobre la evangelización: Los cristianos en el mundo secular tienen una responsabilidad especial de testimoniar la fe en su trabajo y en su comunidad.
También puede usarse en una entrevista: Como cristiano en el mundo secular, busco integrar mi fe en cada aspecto de mi vida, desde el trabajo hasta la familia. Estos ejemplos muestran cómo el concepto de secularidad puede aplicarse de manera práctica y concreta.
La secularidad como forma de resistencia positiva
En un mundo cada vez más polarizado y materialista, la secularidad católica se convierte en una forma de resistencia positiva. Esta resistencia no se basa en el rechazo al mundo, sino en la transformación desde dentro. Los cristianos en el mundo secular son llamados a promover valores como la vida, la justicia y la solidaridad, a pesar de las presiones culturales que a veces van en dirección contraria.
Esta resistencia positiva se manifiesta en múltiples formas. Desde la defensa de los derechos humanos hasta la promoción de la paz, los cristianos en el mundo secular reflejan el mensaje del evangelio en la sociedad moderna. Su compromiso con el bien común no solo beneficia a la comunidad, sino que también atrae a otros hacia la fe.
La secularidad, en este sentido, no es una forma de aislamiento, sino de compromiso activo. Los cristianos en el mundo secular son llamados a ser luz en la tierra, ofreciendo testimonios concretos de la santidad y la fe.
La secularidad como respuesta al desafío moderno
En el contexto de los desafíos modernos, como la globalización, la tecnología y la crisis ecológica, la secularidad católica ofrece una respuesta profunda y transformadora. La Iglesia entiende que estos desafíos no pueden resolverse únicamente desde el ámbito científico o político, sino que requieren una visión ética y espiritual. Los cristianos en el mundo secular son llamados a contribuir a esta visión, integrando su fe con las responsabilidades de la vida moderna.
Por ejemplo, en el ámbito ecológico, los cristianos pueden promover el cuidado de la creación, entendiendo que la tierra es un don de Dios que debe ser respetado. En el ámbito tecnológico, pueden promover el uso responsable de la tecnología, evitando que se convierta en una herramienta de explotación o alienación. Y en el ámbito económico, pueden defender modelos de desarrollo que prioricen el bien común sobre la ganancia individual.
Esta respuesta no solo beneficia a la sociedad, sino que también enriquece la vida personal de los cristianos. Al vivir su fe en el mundo moderno, los cristianos en el mundo secular reflejan el mensaje del evangelio con coherencia y compromiso.
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